900 MILLONES Y SUBIENDO
En Agosto pasado diarios y noticieros de todo el mundo abordaron el tema de la sobre población automotriz mundial, calculada en 900 millones de vehículos automotores de cuatro o más ruedas. La cifra puede ser escalofriante si pensamos que las ciudades podrían sucumbir ante la presencia del automóvil convencional. Por otro lado nada indica que la producción automotriz se vaya a detener sino, por el contrario, esta crece a ritmo de 60 millones de unidades anuales, según datos del 2010 de la Organización Internacional de Constructores Automotrices (OICA). Así estaremos transformando las ciudades para los automóviles.
Desde hace muchos años los países desarrollados han venido trabajando formulas que hagan sostenible el transporte colectivo e individual, siempre promovido dentro de un reglamento técnico, buscando un balance de convivencia digno para el habitante y sostenible para el auto.
La Unión Europea sigue fomentando el uso de sistemas de transportes masivos mas eficientes, con tecnologías limpias basadas en combustibles menos contaminantes. También se ha obligado a los fabricantes y sus proveedores a trabajar mas cerca para reducir emisiones nocivas en porcentajes sorprendentes, si lo comparamos con sus pares de hace diez años, a elevar el porcentaje de reciclado de sus productos hasta llegar a niveles del 90 %, a rendir mas kilómetros por galón de combustible y hasta a restringir la velocidad la velocidad promedio en carreteras por cuestiones de ahorro.
En el otro lado de la cancha están los países como el nuestro que han demorado mucho en aplicar políticas efectivas en gestión de transporte eficiente de seguridad vial. Felizmente autoridades municipales y Gobierno Central están dando señales de que desean hacer mejor las cosas para no retroceder lo avanzado. También debemos festejar el esfuerzo de instituciones privadas sin fines de lucro que han alzado la mano para poner su grano de arena, una de ellas es la Fundación Transitemos, promovida por la Asociación Automotriz del Perú.
Pero ¿como es que en nuestro país, que tiene un promedio de autos por habitante bajo en comparación con los vecinos, sentimos que estamos a punto de colapsar, principalmente en las calles de nuestra capital?
En nuestra modesta opinión, vivimos un caos producto de la forma como nos conducimos en pistas y veredas, mas que del número de vehículos y habitantes conviviendo. Respecto al fondo, nuestras ordenanzas sobre transito son 90 % iguales a las que se emplean en países desarrollados. Ya estamos cansados de que el reglamento sea letra muerta, un simple felpudo pisoteado por conductores y peatones, y cuyo reverso esta impreso con número del total de muertos y lesionados en pistas.
Este mensaje no es solo para el simple automovilista, es para la sociedad en su conjunto. Todos debemos sumar para terminar con este cáncer que generan miles de millones de soles perdidos en embotellamientos y que produce miles de heridos y muertos al año, convirtiéndonos en el segundo país con las pistas más mortales de América.
Ademas como ya hemos visto en sociedades mas desarrolladas, las instituciones y autoridades involucradas deberán actuar con estrategias claras, pues tenemos que actuar " de arriba hacia abajo" ( autoridades regionales, provinciales, municipales, etcétera) mas que disparar simples mensajes a conductores y transeúntes.
La población en general tiene que percibir que esta en manos de expertos y con el tiempo descubrira los beneficios, asi se podran integrar mas facilmente al bando bueno de los conductores y peatones responsables.
Desde hace muchos años los países desarrollados han venido trabajando formulas que hagan sostenible el transporte colectivo e individual, siempre promovido dentro de un reglamento técnico, buscando un balance de convivencia digno para el habitante y sostenible para el auto.
La Unión Europea sigue fomentando el uso de sistemas de transportes masivos mas eficientes, con tecnologías limpias basadas en combustibles menos contaminantes. También se ha obligado a los fabricantes y sus proveedores a trabajar mas cerca para reducir emisiones nocivas en porcentajes sorprendentes, si lo comparamos con sus pares de hace diez años, a elevar el porcentaje de reciclado de sus productos hasta llegar a niveles del 90 %, a rendir mas kilómetros por galón de combustible y hasta a restringir la velocidad la velocidad promedio en carreteras por cuestiones de ahorro.
En el otro lado de la cancha están los países como el nuestro que han demorado mucho en aplicar políticas efectivas en gestión de transporte eficiente de seguridad vial. Felizmente autoridades municipales y Gobierno Central están dando señales de que desean hacer mejor las cosas para no retroceder lo avanzado. También debemos festejar el esfuerzo de instituciones privadas sin fines de lucro que han alzado la mano para poner su grano de arena, una de ellas es la Fundación Transitemos, promovida por la Asociación Automotriz del Perú.
Pero ¿como es que en nuestro país, que tiene un promedio de autos por habitante bajo en comparación con los vecinos, sentimos que estamos a punto de colapsar, principalmente en las calles de nuestra capital?
En nuestra modesta opinión, vivimos un caos producto de la forma como nos conducimos en pistas y veredas, mas que del número de vehículos y habitantes conviviendo. Respecto al fondo, nuestras ordenanzas sobre transito son 90 % iguales a las que se emplean en países desarrollados. Ya estamos cansados de que el reglamento sea letra muerta, un simple felpudo pisoteado por conductores y peatones, y cuyo reverso esta impreso con número del total de muertos y lesionados en pistas.
Este mensaje no es solo para el simple automovilista, es para la sociedad en su conjunto. Todos debemos sumar para terminar con este cáncer que generan miles de millones de soles perdidos en embotellamientos y que produce miles de heridos y muertos al año, convirtiéndonos en el segundo país con las pistas más mortales de América.
Ademas como ya hemos visto en sociedades mas desarrolladas, las instituciones y autoridades involucradas deberán actuar con estrategias claras, pues tenemos que actuar " de arriba hacia abajo" ( autoridades regionales, provinciales, municipales, etcétera) mas que disparar simples mensajes a conductores y transeúntes.
La población en general tiene que percibir que esta en manos de expertos y con el tiempo descubrira los beneficios, asi se podran integrar mas facilmente al bando bueno de los conductores y peatones responsables.
Lucho Yzusqui.
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